Luz y sombra

La alternación de la luz y la sombra probablemente fascino al hombre
desde los albores de la humanidad, primero en la naturaleza
terrestre, luego en su propia naturaleza.

En la búsqueda de su verdadera identidad en esta tierra de exilio,
el hombre sabe hoy lo que es: sombra por su identidad corporal y
luz, porque "el lleva en si mismo aquel que es mas grande que el".
Pero ¿cuantos seres perciben la chispa luminosa que esta en ellos?.
El hombre necesariamente debe tomar conciencia de la esencia divina
en el, si quiere descubrir a Dios.

Ya sea que el hombre este o no conciente de ello, es una clase de la
naturaleza divina y del universo. Si Dios se manifiesta en sus
obras, el hombre no puede conocerlo perfectamente en si mismo mas
que por la contemplación. En consecuencia, el hombre tiene por
destino la luz y por medio de la sabiduría que es la visibilidad de
Dios. Esta sabiduría "permite todos los nacimientos espirituales",
según escribió Jacobo boehme.

Es importante aquí no confundir lo que esta oculto con lo que esta
en la sombra. La sombra puede definirse como una soledad. Estamos
solos porque esperamos volver a encontrarnos con Dios. Louis-claude
de Saint Martín decía que los misterios son "el origen oculto de las
cosas y es un testimonio de su eterna e invisible fuente".

La encrucijada es un estado mental para los hombres que ignoran que
su alma es un pensamiento de dios y en consecuencia el destino del
hombre no puede ser otro que el espiritual.

La misericordia divina se expresa en la fuerza que le es dada para
poder resistir a las debilidades y a la mediocridad.

"Dios y el hombre pueden conocerse en la luz", y esta alianza existe
en cada ser humano sea cual sea su nivel de conciencia. Es por eso
que las sombras velan los pensamientos pero no pueden cristalizarlos
en forma tenebrosa. Es fácil también observar su disipación e
incluso su desaparición cuando se dicen oraciones o se hacen
meditaciones en lugares vueltos sagrados por el deseo verdadero.

Es así que entonces, la expansión del soplo divino se favorece y
baña nuestros pensamientos. Estos respiran la pureza
enriqueciéndose con las virtudes que la mente ocultaba. Entonces,
los rayos de luz están muy cerca de maravillar a la conciencia.