El tiempo desde siempre ha sido un enigma para el ser humano.
Pretendemos atraparlo, pero se escapa de nuestras manos como fina arena. Los romanos acuñaron la frase "tempus fugit", el tiempo huye, para dar a entender su carácter escurridizo y efímero.
Séneca, en su ensayo "De brevitate vitae", "De la brevedad de la vida", nos muestra el aspecto relativo del tiempo, ya que no es que nuestra vida sea corta, sino que nosotros la desperdiciamos en cosas banales.
Él decía que el tiempo es como el dinero: "Poco para el que lo malgasta y mucho para quien sabe administrarlo", pero como es algo incorpóreo no le damos el valor que le damos a las cosas materiales.
Éste es un problema muy de nuestros días; quizá por esa tendencia de alejarnos de nuestro "Ser interior", nos pasamos la vida rellenándola con placeres y deseos que satisfacen nuestra parte más instintiva o pasional, pero que nos quita tiempo para las cosas verdaderamente humanas.
El tiempo dedicado a nuestra vida profesional, a nuestros hábitos televisivos o a las más variadas posibilidades de ocio que nos brinda nuestra sociedad son buenos ejemplos de ello. Nos mantienen entretenidos, pero también nos impiden tener una vida más intensa y profunda, y quizá plasmar los sueños e ideales de juventud.
Si fuéramos capaces de apoyar nuestra disciplina en nuestra razón, o simplemente en el sentido común, veríamos cómo el tiempo se alarga, y nos sorprenderíamos de las cosas que se pueden hacer en un día y en una vida.
Por otra parte, es bueno saber el valor del momento; por más larga que sea la vida de uno, al morir, todos perdemos lo mismo: el presente, pues el pasado ya lo hemos perdido antes, el futuro no lo poseemos aún, y no podemos perder lo que no tenemos, por eso realizar cada acto como si estuviéramos a punto de salir de esta vida, como si fuera nuestro último día.
Esto utimo invita a reflexionar sobre la utilización de nuestro tiempo, de la importancia del presente. En general, se tiene la tendencia a dejar las cosas importantes de la vida para el futuro: nuestros grandes planes, sueños, etc., y vivimos el presente "de pasada"; pero, ¿y si no hay futuro? Nadie nos lo garantiza, podemos salir de esta vida en cualquier momento y sin previo aviso.
Podemos dar a la vida otra dimensión. No nos podemos librar de las ataduras del tiempo, pero lo podemos convertir en nuestro aliado y vivir cada momento con más calidad y conciencia; ésto haría que nuestro futuro fuese mejor.
13 comentarios:
Hi amiga!!
Te cuento, era yo muy joven -más joven, jeje- y vivía obsesionada con la falta de oportunidades, siempre tuve -y tengo- esa sensación de que lo mío pasa por otro lado, y que estoy perdiendo un tiempo precioso e irrecuperable con la neura consecuente.
Me rompí el alma toda la vida intentando encontrar respuestas, pero sólo logré inquietar aún más las preguntas.
Finalmente Sai Baba con su "lo que sucedió es lo único que debió suceder" ha logrado relajarme, soy lo que debí ser, esto que somos es lo que tuvimos que ser y si hubiera pasado otra cosa no lo seríamos. No hay materias pendientes, lo único importante es estar en armonía y no digo que siempre sea fácil de lograr.
Más allá de la veracidad o no de las leyes de Sai Baba a mi me sirvió al relajarme un poco y ver desde una optica más... ¿feliz?
Te dejo un fuerte abrazo.
Esa reflexión se la hago yo a una persona querida cuando me dice que se le escapa el tiempo entre los dedos. Entonces le recuerdo todo lo importante y grande que ha hecho desde que le conozco, me da la razón y se acabó el dilema depresivo.
El tiempo comenzó a controlarse para el beneficio de unos cuantos que comenzaron con las empresas. La concepción de tiempo desapareció cuando se inventó la bombilla.
Un besito, compi!
¡Soberbio texto, Janeth querida, al que suscribo plenamente!.
Besos y abrazos
JANETH,efectivamente es muy importante ser conscientes del instante presente,que se nos escapa...La vida es cada momento y hemos de aprovecharlo,viviéndolo con intensidad.
Mi felicitación por tu excelente entrada y tu acertado comentario,que te ha llevado a profundizar en la noche "mística y divina" del peregrino.
Mi abrazo inmenso y mi ánimo siempre.
FELIZ JUEVES,AMIGA.
M.Jesús
Jneth infinitas de gracias por tu bella visita a mi blog yo siento que el tiempo está pasando muy rápido y no lo puedo detener por la cuál lavida hay que disfrutarla plenamente y a lo máximo con la espiritualidad de uno mismo,que tengas muchos éxitos.Roxana Miriam González de la Ciudad de Rosario
Tal cual Janeth, invertir en calidad y no en cantidad, al tomar conciencia de ello.
Comenzamos a vivir el ahora.
Besitos.
Amiga, alguien dijo acerca del tiempo que es un asesino.
En efecto, todas las horas nos van hiriendo... La ultima, nos mata...
Un abrazo fuerte
concientizarlo ya es un paso...
un abrazo y gracias SIEMPRE.
El tiempo es como un cáliz, hay que saber beber y saborear su contenuido a cada momento.
Un abrazo.
La vida tan breve,...es más bien un suspiro del universo, un parpadeo de algún dios inalcanzable, el chasquido de unos dedos mágicos.
La mayoría de la gente se queja porque la vida es breve y porque el tiempo parece correr velozmente, principalmente para aquellos que se acuerdan tarde de vivirla.
Séneca decía que no es que la vida sea corta sino que más bien somos nosotros que perdemos el tiempo.
Según él, tenemos el tiempo justo para realizar lo que es importante, de modo que la duración de la vida depende del uso que hagamos de ella.
Creo que en la madurez es cuando más acertamos en la adecuada utilización del tiempo y darle su justo valor.
Siempre me ha impactado el pensar que el minuto que acaba de pasar, ya pasó y no hay vuelta atrás, es irrecuperable. Vendrán otros, pero ése ya es pasado y fuera de nuestro alcance.
Si fueramos plenamente consciente de ello, aprovecharíamos mejor nuestro valioso tiempo.
Siempre nos llevas a la reflexión, amiga mía.
Un abrazo cariñoso.
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