Descubriendo al amigo fiel, y trascendiendo la soledad...


Tanto al nacer como al morir, estamos solos. No importa cuántos seres haya alrededor de nosotros en esos instantes: en verdad estamos solos. Y lo más probable es que estemos solos a todo lo largo de la vida. No porque no podamos compartir nuestras horas con alguien, sino porque, en el fondo, nadie puede introducirse en nuestra alma, y ella es, por naturaleza,... solitaria.

Es difícil develar el misterio de la vida y de la muerte. Si la muerte es algo que nos sobrecoge, en base a nuestra ignorancia, la vida y el por qué vinimos a la vida no dejan de ser problemas casi irresolubles para la mentalidad humana.

Probablemente, en algún momento, nuestra alma se desprendió de un Algo mucho mayor que la contenía. Ella se desprendió en busca de nuevas experiencias, guiada por la ingenua falta de conocimiento que tienen las almas inocentes. Y así llegó a la tierra, sola, terriblemente sola y arrancada de su seno celestial. Y desde entonces vaga por la tierra, recubierta a veces de materia, y a veces no, en busca de la clave que le permita regresar a su origen primero, allí donde no estaba sola, porque tampoco estaba dividida. Esa clave es el conocimiento. Saber es poder. Alguna vez, así como partimos, también podremos volver.

La soledad es una gran aliada de Maya. Cuanto más solos nos sentimos, más nos acogemos a los juegos de la ilusión, para borrar esa sensación de angustia interior.
 

Comienza el nuevo drama: el de la convivencia. Almas solas que quieren vivir junto a otras almas solas, aunque sin llegar a entenderse jamás por completo, pues la soledad es el signo que marca a todas.

Decía el sabio Platón que el hombre está formado "de lo uno y de lo otro". Nada más cierto. Lo uno es lo indiviso que subyace en el interior: es el alma sola; lo otro es la máscara que sale al mundo y se relaciona de múltiples maneras huyendo de la soledad.
 

Con la máscara puesta, se puede jugar a muchas formas de estar acompañado. Nace entonces la amistad, el amor, el sentimiento filial y el paternal, el cariño por todos los humanos y hasta por los animales y las plantas. En grados más sutiles, el amor se vuelca hacia el infinito de las estrellas, y aun el hombre es capaz de concebir a Dios y amarle por la perfección con que Su mundo se le manifiesta.

Pero ¡cuántas son las desilusiones! Hay amistades que fallan, amores que mueren con el tiempo, hijos que traicionan a los padres, padres que abandonan a los hijos, seres a los que nada importa de los demás... Hay una ciencia que enfría el brillo romántico
de las estrellas, y muchas religiones que se pelean por el mismo Dios. ¿Qué hacer? Es aquí donde uno arroja asqueado su máscara exterior y se encierra desesperado hacia adentro, pensando que jamás podrá evadir la soledad. Y es aquí donde surge la gran sorpresa.


Es dentro de uno, en el ser interior, donde se encuentra al verdadero amigo, al que siempre acompaña, al que está presente e inmutable tanto cuando sufrimos como cuando gozamos, al que nos mira vivir sin regañar, y tira de nosotros hacia arriba, siempre hacia arriba, sin pretender por ello ninguna recompensa.
 

El milagro prosigue. Cuando se descubre a este verdadero amigo, padre y hermano, todo vuelve a cobrar sentido. Leer, escuchar música, disfrutar del encanto de la Naturaleza ya no son actitudes de solitario reconcentrado, sino de estar acompañado por su verdadero ser.

Ahora sí es posible relacionarse con los otros humanos, porque en cada uno de ellos hay otro ser compañero con las mismas inquietudes que el amigo que acabamos de descubrir.

No es que con esto vaya a desaparecer la soledad: esa es condición propia del alma. Pero sí se pueden unir las soledades y jugar con los velos de Maya mientras dura la vida. El compartir una desgracia es una forma de unión. Y aun es probable que las almas busquen unirse ante la desgracia compartida de haber perdido el origen primero, y desear arduamente el retorno a ese punto donde no existe la división...

La soledad es un producto de la división. Cuando todo es Uno, ¿dónde cabe la soledad? Soledad es, pues, separación, desunión, partición.
 

Cuanto más dividimos, más soledad existe, pues hemos creado nuevas partículas que, a su vez, están solas y separadas de las demás.




13 comentarios:

Luis dijo...

Entre la Soledad y mi Alma, entre el Viento y sus Susurros. No espera Fuego que abrase, no espera Rio que remanse. Tan solo espera no verse sola mi Alma.

Alcira Handal dijo...

El Alma necesita no sólo relaciones verdaderas, sino todo lo que pueda darle oportunidad de despertar sus potenciales ocultos, sus grandes Sueños, su nobleza y su profunda Sabiduría.

Mahatma dijo...

Un hombre sin sentido de la vida, sin grandes sueños, sin Obra sagrada, está realmente solo.

Alicia dijo...

HERMOSISIMO ESCRITO, EL VERDADERO AMOR BAJA DEL CIELO POR ESO TODOS LOS CORAZONES LO ANHELAN.

ABRAZOS AMIGOS

MAJECARMU dijo...

En soledad, dentro de uno mismo encontramos la fuerza que nos alienta y nos acerca a los demás...Todos necesitamos de los demás para Ser, para dar sentido a la vida...La soledad puede destruir a un hombre o puede elevarlo al cielo...La clave está en encontrar el hilo de unión con el universo.
Mi graitud por tu cercanía y tus buenos posts,Janeth.
Mi abrazo inmenso y mi cariño,amiga.
M.Jesús

Esculapio Hijo del Sol dijo...

La soledad es el sol de la mente y del alma.Amiga gracias por visitar mi blog es verdad el llanto es la purificación del cuerpo,de la mente y del alma.Que tengas muchos éxitos.Roxana de la Ciudad de Rosario

Soledad dijo...

Soledad, por que sera que te busco, porque sera que te amo, gozo del sabio terror, del mundano crisol del noble azote del vano, por que sera que te busco por que sera que te amo yo eternamente SOY solo si voy de tu mano

Arjuna

Raul Miranda dijo...

Que tu alma sea fuerte cuando mires hacia el frente, Que tu luz brille por siempre

Carolina dijo...

La dicha consiste en estar en soledad con uno mismo, tranquilamente... sereno... con los pensamientos dirigidos hacia el ser, escuchando el sonido del silencio. Es entonces que los pensamientos se dirigen más allá del plano físico, en armonía con lo espiritual, con lo puro, con lo pacífico

Martin dijo...

La medicina espiritual está siempre presente en el alma. Siempre que la necesitemos, hasta el punto en que la necesitemos, podemos encontrarla en el interior.

Ximena dijo...

Cuando las almas entran al mundo físico a desempeñar un papel, traen la conciencia clara y con la experiencia de la verdad. Sin embargo al entrar en un nuevo escenario, en el que existen cambios, tiempo y otros factores físicos, el ser se debe adaptar a nuevas reglas y debe conocerlas para que la actuación pueda ser apropiada y el drama continuar desenvolviéndose.

I. Robledo dijo...

Amiga, intensas reflexiones sobre la vida y la muerte... Sobre el Misterio...

Casi nada...

Un abrazo fuerte

*Desvelada* dijo...

Solos para reflexionar, Solos para perdernos entre un pensamiento y otro. Solos para poder hablar con Dios. Muy bonita reflexion. Gracias por compartir. Bendiciones