Hermann Hesse, una vida de búsqueda


Luego de muchos años, vuelvo a retomar un viejo libro de culto: Demian. Y lo primero que detiene mi lectura es la primera página, que muchas veces la he leído, pero que esta vez se me hizo más clara.

“Quería tan sólo intentar vivir lo que
tendía a brotar espontánemente de mi.
¿Por qué habría de serme tan difícil?”.

En el incesante deseo de Vivir, pareciera que fácilmente brotarán nuestras ideas y sentimientos sin más límites que nuestra propia imaginación. Más el tiempo va señalando que el Camino de la Vida requiere más que deseo espontáneo. La vida exige meditada preparación y valeroso impulso.

Por eso retomo a Demian. Quiero volver al origen. Quiero impulsarme con la pureza de su Juventud, que nunca acaba.

9 comentarios:

Sentimientos! dijo...

Querida Janeth

de paso admirando tu espacio,y respirando mucha paz en esta noche.
Que disfrutes del fin de semana .
Un beso enorme.-

MarianGardi dijo...

Siempre me gustó Hermann Hesse, desde que leí "el lobo estepario"
Salgo esta noche, espero que los de arriba me permitan volver en una semana.
Besos

Myriam dijo...

Qué bueno es tomar impulso juvenil... yo acabo de volver sobre un libro que leí en mi juventud y del que daré cuenta en mi blog en breve, justamente estoy trabajando sobre esa entrada.

Besos

Pedro M. Martínez dijo...

¿Has llegado aquí?

-Me ha dicho usted que le gusta la música porque no es moral. De acuerdo.¡Entonces, no tiene usted que empeñarse en ser moralista! No debe compararse con los demás; y si la naturaleza le ha creado como murciélago, no pretenda ser un avestruz. A veces se considera raro, se acusa de andar por otros caminos que la mayoría. Eso tiene que olvidarlo. Mire al fuego, observe las nubes; y cuando surjan los presagios y comiencen a hablar las voces de su alma, entréguese usted a ellas sin preguntarse
primero si le parece bien o le gusta al señor profesor, al señor padre o a no sé qué buen Dios. Así uno se estropea, desciende a la acera y se convierte en fósil. Querido Sinclair, nuestro dios se llama Abraxas, y es dios y diablo; abarca el mundo oscuro y el claro.
Abraxas no tiene nada que objetar a ninguno de sus pensamientos, a ninguno de sus sueños. No lo olvide. Le abandonará el día en que sea normal e intachable.
Le olvidará y se buscará una nueva olla donde cocer sus ideas. El extraño

Anónimo dijo...

La espontaniedad es la fruta sabrosa para cabalgar en la vida.



Gracias.

Ignacio Reiva dijo...

Una verdadera maravilla. Has retomado un libro que te obliga a retomarte. Un gran beso.

MAJECARMU dijo...

No he leido el libro Janeth,pero acabo de leer el párrafo que muestra Pedro...Y pienso que,como tú dices,no basta sólo el deseo y la espontaneidad,sino que,hemos de aprender y reflexionar lo que decimos y hacemos,la prudencia y la sabiduría son muy importantes.
Te agradezco que nos informes y sigas ejerciendo tu magisterio,que tanto bien nos hace...!!
Te dejo mi felicitación y mi abrazo.
M.Jesús

Adriana Alba dijo...

Amo a Hesse, leí ese libro hace muchos años.

Sus mensajes son impecables, todavía hoy me sorprendo y disfruto con ellos.

Gracias por traerlo a tu casa!

Abrazos.

Belkis dijo...

Nunca terminamos de aprender. La vida es una búsqueda constante cuando el deseo de superación está presente.
Un abrazo Janeth