Un sentimiento


Un sentimiento crece y se mantiene con gran paciencia y esfuerzo. Es como una pequeña plantita cuyas raíces hay que cuidar.

¿Cuál es la raíz del sentimiento que estamos gestando?

Habiéndola reconocido, sabiendo cómo nació, debemos regar a diario esa raíz de origen para que, viviendo ella, viva toda la planta.

Pero, insistimos, hace falta enorme dosis de constancia: no se puede pretender que un sentimiento viva porque sí; esto sería como reconocer que los seres viven porque sí, y que mueren porque sí, sin razón alguna, regidos tan solo por la absurda casualidad.

¿Cuál es el mejor alimento para un buen sentimiento? Apenas unas gotas de tolerancia... Saber que las cosas que amamos no son perfectas, como asimismo no lo somos nosotros.

Aceptar estas imperfecciones, no permitiéndoles que destrocen nuestro sentir. Pero limar poco a poco estas imperfecciones, empezando por nosotros mismos, y siguiendo luego por las cosas que amamos.

Los sentimientos se mantienen puros cuando, como en todos los órdenes de la vida, no admitimos mezclas en ellos. Así como nadie arrojaría un claro diamante en medio del barro, no podemos permitirnos el lujo de estropear nuestros sentimientos elevados y más o menos duraderos enfangándolos con las dudas, el rencor, la malicia, la ira, la desidia...

El buen jardinero quita las malezas que atacan a sus plantas; y el hombre sanamente sentimental cuida las joyas de sus emociones como el mejor de sus adornos.

¿Mueren los sentimientos?

Ciertamente, como todas las cosas vivas, pero de nosotros depende su duración. Si dejamos de velar por nuestra planta, que es joya, ella empezará a decaer antes de tiempo.

Si nos aceptamos a nosotros mismos tal y como somos, pero exigimos de los demás –y de todas las cosas en general– una perfección absoluta, hemos decretado la muerte de nuestros sentimientos.

Si los demás deben comprendernos, pero nosotros no a ellos, somos incapaces de sentir. Si solo sabemos pedir, pero no entendemos de dar, no hay sentimiento posible.

12 comentarios:

Myriam dijo...

Me gusta mucho tu imagen de ser nosotros jardineros de nuestras alma, cuidando que crezcan ls plantitas de amor y retirando la maleza del odio.

Besos

mimbre dijo...

Hola Janeth...
Vengo por mi cuota de paz y armonia...Buena entrada¡
"El jardinero quita las malezas que atancan a sus plantas" me quedo con esta frase, así-pienso yo-debemos obrar con todo aquello que nos causa malestar fisico y emocional.
Gracias por tus conceptos, Amiga mia¡
Un abrazo enorme
Osvaldo

Adriana Alba dijo...

Dar y recibir y como bien lo decìs, no contaminar los sentimientos, la energìa llega pura y perfecta, depende de nosotros cuidar su pureza!

Abrazos Janeth.

Jade. dijo...

Asi, es mi amiga; el amor no es esperar recibirlo todo, por el contrario es el placer de darlo todo, de sentir la felicidad a través de confortar al otro, y no querer siempre todas para uno.

De todos modos reconozco que a veces la paciencia se agota, y el amor ha de ser muy pero muy grande para sobrevivir a decepción tras decepción...


Besos y buen finde, preciosa!!

Ildefonso Robledo dijo...

Comprension... Esa es la palabra clave...

Ponernos siempre en el lugar del otro, no en el nuestro, y comprender...

Un abrazo, Janeth

Navegante dijo...

Gracias Janeth como siempre por tanta palabra que amortigua al alma.
Sería bueno que alguien como vos nos cuente del otro lado de esta moneda, digo de como acortar o anular sentimientos que lastiman y no se van de la memoria...
Dejo besos para vos, muchos.

Belkis dijo...

Comparto el contenido de esta entrada Janeth. Hay que ser muy cuidadoso en cuanto a los sentimientos. Son como plantitas a las que debemos cuidar y mimar todos los días para que no mueran. Además la tolerancia y la aceptación juegan un papel muy importante.
Te dejo un abrazo grande amiga.

Carolina dijo...

Magnifica entrada y es que todo se resume en el amor, este es un estado de completa felicidad, se disfruta cuando uno se abandona en el sentimiento y deja que todo fluya sin obstáculos.

Ramiro Jordan Alvares dijo...

Trabajando sobre nosotros mismos, puliendo, limpiando, ordenando, clarificando, curando, desintoxicando, asimilando, podremos hacer de nuestra personalidad materia transparente como el cristal, que pueda ser atravesada por la belleza divina, convirtiéndonos en ríos de vida, felicidad y fecundidad para todos.

Alicia dijo...

Sentimientos, mirando hacia fuera les vamos descubriendo por momentos, no olvidemos; que aquello que encontramos fuera y amamos, existe en nuestro interior esperando nuestra real conquista, la única que nos hará alcanzar lo soñado

Brahma dijo...

Nos buscamos en el alma y en los ojos de la gente, vida tras vida, añorándonos intensamente y aún alejados, vamos misteriosamente juntos corazón con corazón, latiendo al unísono del Sol. Soñando con un nuevo Reencuentro, cuando nuestras almas fundidas en Una puedan volver al “Hogar”, al punto donde todo tuvo su origen.

Luis dijo...

Varias veces hemos hablado de la aventura de vivir, del viajero que descubre, del buscador que encuentra.