En agradecimiento a mi Maestro
....Y no faltaron escapadas a las estrellas, a universos infinitos, dejando vagar la mirada en la noche brillante plagada de luces amigas, buscando el reflejo de la Luna en las aguas o el brillo del Sol en una gota de rocío temprano.
Entonces no me di cuenta de lo fácil que era escapar de la cárcel del tiempo. Hoy, con los ojos cerrados, rememoro tus cuentos y sé que, más que palabras, estábamos viajando sin límites cuando todo a nuestro alrededor era limitado y pesado...
12 comentarios:
Dicen que el maestro llega en el momento oportuno... Por eso su labor es tan fructifera...
Un abrazo, Janeth
Me gustan esas pequeñas paradas del tiempo. Pocas veces, muy pocas, las he sentido pero parece que se revitaliza hasta la útima célula del cuerpo.
Un besito y feliz día.
A los maestros siempre hay que agradecerles pero sin idolatrarlos.
Un beso.
Janeth,cuánto me alegro por ese mundo de fantasía e imaginación,que te abrió el maestro.Gracias a eso el espíritu puede extenderse y volar por encima de las circunstancias materiales.
Mi felicitación para los dos y mi abrazo siempre.
M.Jesús
preciosoooo
Que maravilla contar con un maestro que te ayuda a expandirte a elevarte por encima de lo visible. Me encanta.
Un abrazo amiga.
La sensibilidad de un auténtico poeta se puede distinguir en tus palabras Janeth, esa conexion maravillosa, me encanto leerte
Cuando el Maestro hace presencia todo el espacio se ilumina y su amor abraza a todos aquellos que se encuentran cerca de él. Todos salen beneficiados por su grado de evolución.
Que bonitas frases a tu maestro Janeth,tal ves tu maestro a sabido ser un canal donde la Voluntad Divina pudo manifestarse llevándose a término.
Sin duda amiga que tu maestro te a enseñado muchas cosas valiosas.
Sólo aquel que nos enseña a escuchar nuestra propia Voz interior y no la suya, es un verdadero Maestro.
Cuando el alumno está preparado, el Maestro llega...aunque a veces no querramos reconocerlo ni escucharlo.
¡Tú lo has hecho!
Un abrazo.
El verdadero maestro no enseña; facilita el aprendizaje. Y necesita proyectarse a sí mismo con autenticidad, para que sus alumnos aprendan no de una enseñanza, sino de un testimonio de vida. De ahí que ser maestro signifique salir al encuentro de uno mismo
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