Soñar no es en este caso el resultado de dormir.


Soñar no es en este caso el resultado de dormir. Más bien es generar una activa imaginación, similar a la del estado onírico, pero con la conciencia bien despierta. 

Es una imaginación que permite ver cosas que están más allá de los actos cotidianos de la existencia, y más allá del momento presente. Soñar es una manera de ver el progreso de las cosas, percibiéndolas tal como podrían llegar a ser en el futuro. 

Y, sobre todo, es una manera de vernos a nosotros mismos actuando de forma apropiada para que esos cambios sean efectivos. Soñar es sentirse siempre inconformes, no por mero capricho o por la simple insatisfacción de las emociones. 

Es la inconformidad del que busca un mundo mejor y no le basta con lo que ha conseguido. Es la sana ambición del que concibe el futuro como evolución y quiere colaborar activamente en ella. 

Es querer más y mejor, para sí mismo y para los demás, para hoy y para mañana. Hay quienes confunden la capacidad de soñar con la de divagar, dejando que la mente y la emotividad se lancen –sin rumbo ni concierto– en busca de cualquier cosa, más bien huyendo de la realidad que tratando de transmutarla. 

Sin embargo, para soñar hay que ordenar la mente, las ideas, las cosas conocidas y las que nos faltan por conocer, lo que podemos hacer y lo que debemos aprender.

Entonces, los sueños adquieren el poder de convertirse en realidad. Hay que lograr que los sueños lleguen al plano de las cosas efectivas, es decir, que los resultados puedan ser percibidos y aprovechados por algunos o por muchos.

12 comentarios:

Martin dijo...

Para darnos cuenta de la verdad de esto, tenemos que volver por un momento al principio de las cosas.

Lolita dijo...

Los sueños son un embrion, de lo que mañana podra ser una maravillosa realidad

Raul Miranda dijo...

Ahora es el momento que hagamos todos los sueños más hermosos realidad.

Brahma dijo...

Hay voces misteriosas que nos gritan desde los poemas, esos que tal vez nunca escribimos porque somos tímidos para hacerlo.

Ese es mi sueño escribir algun dia un poema, un poema dulce y bello que me enternesca el corazon

Ramiro Jordan Alvares dijo...

En este mundo de sueños e ilusiones, sepamos en realidad lo que somos: ¿una luz que pasa el horizonte? somos la semilla del Hombre Nuevo, somos esa fuerza ineludible que puede hacer aquello que soñaba Cervantes en su Quijote: convertir a los gigantes en molinos de viento y no los molinos de viento en gigantes.

Alcira Handal dijo...

Esto lo debemos aprender, esto lo debemos sentir, esto lo debemos tener en nuestro corazón y en nuestra cabeza.

Alicia dijo...

Tratemos siempre de estar conectados con este mundo de sueños, con este mundo que después de la muerte nos espera para recibirnos maravillosamente, envueltos en la Paz del Deber cumplido.

Soledad dijo...

Y si a pesar de tus esfuerzos, no llegas a concretar tus sueños, no habrás perdido el tiempo: habrás vivido una auténtica aventura hacia el conocimiento de ti mismo…

Melissa dijo...

Voy a atreverme a soñar en grande cada dia!!!

I. Robledo dijo...

Yo, salvo excepciones, prefiero los sueños "que sueño" cuando estoy despierto...

Otro abrazo, amiga, igual de fuerte...

Juglar dijo...

Una entrada muy certera en los tiempos que corren.
La única forma de sobrevivir y seguir aportando luz y esperanza al entorno es así, soñando, visualizando un mundo mejor y realidades tangibles...
Un estado que podemos alcanzar si logramos evadirnos (eso es lo complicado, amiga mía), de los lastres que nos rodean y conseguir que "los sueños lleguen al plano de las cosas efectivas".
Ardua tarea nos propones, pero no hay otra.
Un abrazo cariñoso.

Euphoria dijo...

Díficil de lograr es ese equlibrio y es peligroso en el sentido de que podemos vivir de sueños y dejar de lado la realidad. Soñar es hermoso, es casi innato, pero también nos hace daño. Esperamos más de lo que tenemos, tenemos expectativas de algo que tal vez nunca suceda.