Una niña


Esta niña bella con la inocencia propia de sus escasos años, con un brillo sano y curioso en la mirada, con movimientos vivos y ágiles, naturales en su cuerpecito.  

Le vi caminar hurgando con su mirada en todas direcciones tratando de descubrir el secreto que duerme detrás de las apariencias.

9 comentarios:

Carolina dijo...

Bonito relato, bella niñita, inocente tierna, fresca, los niños tienen un arte que les sale fácil, así como a ella

censurasigloXXI dijo...

Que le dura esa felicidad e ingenuidad el máximo tiempo posible. Que crezca sana y bella. Este es el primer pensamiento que me surgido ante tal preciosidad.

Un beso y un café.

Myriam dijo...

Una niña que curiosa, inocente y alegre que quiere descubrir el mundo.

Besos, Janeth

Melissa dijo...

Una hermosa foto Janeth, la mirada dulce de la niña parece decirnos soy feliz, y miren como lo demuestro

Luis dijo...

Una imagen preciosa, hace mucho que no veo esa expresion, esos ojitos brillan con la inocencia y la satisfacción del alma recuperada.

Juan Meriles dijo...

Los niños siempre me han encantado, yo digo que son angelotes, aunque cada vez menos desgraciadamente,traen una pureza e inocencia que a los adultos nos derrite el corazón literalmente, por lo menos a mí. Al lado de ellos, se vuelve a respirar inocencia, ingenuidad, pureza; Cielo, olor de ángeles.

Soledad dijo...

Soy como esa niña, quiero seguir siéndolo, y trataré de serlo hasta el final de mis días. Quiero mantener mi corazón puro, pase lo que pase, volviendo una y otra vez a recuperar la luz que este mundo materialista y ciego, pudiera apagar por momentos.

Ildefonso Robledo dijo...

Todos quisieramos ser esa niña, amiga...

Un abrazo fuerte

Raul Miranda dijo...

Janeth tu historia me recuerda a lo que me paso hace unos años atras conoci a una niña, aquella niña era para mí, un duende, un hada, que se había acercado para darme con su inocencia un mensaje. Después cogiendo arenilla del suelo, la dejaba caer en mi mano, yo la dejaba hacer feliz

Un ángel me rozó a través de ella.
Sí, el Alma de la Vida misteriosa, la sincronicidad o la Magia, habla y habla a través de todo lo que nos rodea, dejándonos su mensaje sutil.

Lo recogí y lo guardé muy dentro, mientras se alejaba. De forma mágica la llevaba en mi corazón y era una niña preciosa que crecería como las flores con tiempo.