Mirar la vida por lo que es, conocerla y quererla por lo que es, es tomar consciencia de su fragilidad, de su finitud en lo particular y su infinitud en lo genealógico, de su fuerza como fenómeno y de la fragilidad y provisionalidad de sus criaturas.
Mirar la vida a la cara creo que es como mirar a Dios, una experiencia numinosa que nos coloca por delante nuestra pequeñez y nuestra vulnerabilidad ante la grandiosidad del misterio y la majestad de la existencia y la creación.
Mirar la vida a la cara es mirar lo que hay en ella de insondable, quererla es querer lo que hay en ella de inaprensible e incomprensible y guardar aquello que ella nos ha permitido vivir
3 comentarios:
Espero que no hayas abandonado el blog del todo... Besos 😘
Claro que no JLO, solo estoy un poco bloqueada, Me está costando horrores sentarme a escribir para publicar en los blogs de los que soy responsable. Y cuando lo hago no hay manera de juntar más de cuatro líneas seguidas antes de pararme. espero en breve actualizar mis blogs y ponerme a la altura de mis lectores, gracias miles por escribirme, y por leerme
En una palabra: ¡ser-en-plenitud!
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