¿Día o noche?


-¿Día o noche?... Preguntó un maestro a sus discípulos para ver si sabrían decir cuándo acababa la noche y empezaba el día.

Uno de ellos dijo:- Cuando ves a un animal a distancia y puedes distinguir si es una vaca o un caballo.
-No, dijo el maestro.


Otro dijo: - Cuando miras un árbol a distancia y puedes distinguir si es un mango o un naranjo.

-Tampoco, dijo el maestro.
-Está bien, dijeron los discípulos, -dinos cuándo es.

A lo que el maestro respondió: - Cuando miras a un hombre al rostro y reconoces en él a tu hermano; cuando miras a la cara a una mujer y reconoces en ella a tu hermana. Si no eres capaz de esto, entonces, sea la hora que sea, para ti... ¡aún es de noche!

14 comentarios:

thot dijo...

Precioso cuento !!
Gracias.

josef dijo...

Buen relato ejemplarizante.
besos.

MarianGardi dijo...

Todos somos hermanos y pienso que tenemos padres distintos.
Un abrazo

Adriana Alba dijo...

Hermano Sol, Hermana Luna, todos iguales a los ojos del Padre.

Bello Janeth!

lanochedemedianoche dijo...

Muy bueno Janeth, yo creo que hay un solo DIOS verdadero ,en el creo.

Besos

Luna maya dijo...

Lindo cuento...Maravillosa la enseñanza....en la luz nos igualamos y reconocemos al semejante. Feliz dia amiga. Un besito.

Un par de neuronas... dijo...

Hola, amiga nueva! Se acabaron las vacaciones y aquí estoy de nuevo, con ganas de leeros a todos y todas.

Un bonito cuento docente, la verdad; una pena que en este mundo sea tan difícil mostrarse y confiar... debe ser que la superficialidad siempre está presente en los humanos, debe ser que se suele decir que sí para quedar bien y luego es que no o que nada de nada. Yo soy de las que digo sí y lo cumplo, dejo mis cosas por cumplir mis promesas y, del mismo modo, cuando alguien me dice sí, espero y espero... Bueno, con el tiempo voy aprendiendo a cerrar la boca y no comprometerme y a no esperar nada de nadie. Duele menos y se vive mejor.

Besitos veraniegos todavía.

mimbre dijo...

Hola Janeth...
Vengo por mi recreo espiritual...
Y que me encuentro, algo maravilloso- como siempre-. Te cuento, yo soy muy expresivo, en todo...Frontal me dice algunos, mis buenos problemas me ha acarreado, Je, Je¡ Y voy logrando- de a poco- que se me entienda...Cuando digo te quiero es solamente eso: Te quiero, no hay otra cosa más que cariño, se entiende¡¡ Por eso los puedo mirar a la cara, sin ningún problema...A todos varones y mujeres¡¡¡
Gracias por tus conceptos,AMIGA MIA¡¡
Un abrazo enorme
Osvaldo
Pd:
En el taller, estamos estudiando poesia originaria de tu Tierra, Hermosa, hermosa¡

Mahatma dijo...

Janeth querida amiga:

Hace mucho que te leo y cada post siempre tiene algo para mi, y este realmente me pego fuerte, a lo largo de este tiempo e buscado fraternizar en el Internet, y encontre personas con un enorme corazon y mucho talento para dar, asi como tu lo entregas desinteresadamente, en todos estos sitios, muchas personas hacen esfuerzos y dedican su tiempo por amor y fraternidad. Para todos ellos, mi admiración y servicio.

Lolita dijo...

Muy sugestivo cuento y con mucha enseñanza, tratemos a todos los que nos encontremos, como si el éxito de su vida espiritual dependiese de la calidad de nuestras interacciones con ellos.

Alcira Handal dijo...

Tu escrito me invita a reflexionar en las personas que mas amo, y asi de la misma forma aspirar a tratar a todos con esa misma calidad de amor

Juan Meriles dijo...

Janeth que cuento mas bonito, como lo que tu siempres nos traes...Date cuenta de que la gente en tu presente entorno puede muy bien ser la gente con la cual tú vas a vivir para toda la vida, y que va a estar contigo al momento de la muerte.

Construyamos una nueva comunidad; comunidad de amor.

Unknown dijo...

¿Como podemos ver en las diferencias un mismo corazon?

¿Como podemos aprender a comprender que no existen divisiones en la busqueda de la Luz?

El dialogo y la fraternidad verdadera brotará entonces como un torrente en creci­da, y lo entenderán todos, pues sus palabras no se dicen primaria y fundamentalmente desde una cultura, una filosofía o una teología, sino desde la experiencia de Dios.

Myriam dijo...

Qué cuento más lindo y que enseñanza más cierta...

Besotes