El hombre interior


Desnudo el pecho y descalzo entra
El hombre en el mercado. Está cubierto
De barro y polvo, pero ¡como sonríe! Sin recurrir
A poderes místicos hace florecer, en un momento,
Los árboles marchitos.

(Cuento Zen)



Atraídos por lo envolvente

No hay otra misión en el hombre, no hay otro valor, no hay otra plenitud que alcanzar lo que uno ya es. Estamos llamados a ser lo que somos y por lo tanto toda la vida de interiorización nos va a conducir o nos debe conducir a ser eso que, en el fondo, ya somos; no vamos a conseguir otra cosa fuera de nosotros mismos sino lo que ya somos.

Cuando nos acercamos a esos grandes místicos que nos han fascinado y atraído, tenemos que plantearnos, precisamente, por qué nos han fascinado y por qué nos han atraído. En el fondo nos fascinan y nos atraen porque hay algo en nosotros mismos que refleja lo que ellos son.

El hombre de hoy tiene una verdadera necesidad de interiorización, de profundización. El mundo que tenemos fuera cada día nos atrae más, hay más ruido, nos atrae el consumo, el dinero, el mundo de fuera es un mundo lleno de incitaciones, y de repente, el hombre se siente como desgarrado, dividido entre eso que está fuera y nos atrae, incluso legítimamente nos atrae, y esa otra cosa que hay dentro que nos está interpelando y llamando desde una interioridad que nos cuesta mucho trabajo saber que es exactamente.

El camino de la interioridad, el camino de la contemplación es intentar oír por un instante esas voces que vienen desde dentro del hombre; intentar oír esas voces, unas voces que están veladas, ocultas, pero que nos están instando a que las oigamos, porque de ello depende nuestra felicidad.

El camino hacia dentro es el camino de la búsqueda del "Ser", el camino de la búsqueda de uno mismo, del uno mismo que está ahí escondido, del uno mismo que está queriendo ser interpelado pero que está oculto en el fondo, velado, más allá de toda explicación, y ese "uno" es un Él que se convierte en Tu, para permitirme descubrir que es un Ser, y así al final de nuestro camino nos vamos a encontrar que lo que nos interpela y nos llama y nos fascina, es precisamente lo divino que hay en todo hombre.

Todos nosotros guardamos una chispa divina, y esa chispa divina siente que se ahoga y que necesita ser oída.

El camino de interiorización será intentar la búsqueda de esa chispa que escondida y oculta nos llama y nos interpela; y esta interpelación es para todo hombre.

14 comentarios:

Adriana Alba dijo...

Bellísimo Janeth, ésa chispa Divina es la nos hace crear y compartir tanta belleza.

Confundí tu nacionalidad, es que hubo tantos testimonios! ya mismo corrijo las noticias...jajaja.

Jade. dijo...

Creo que podemos escapar de cualquier cosa menos de aquello que llevamos dentro. Eso pugna por salir a la superficie en cualquier momento, y lo queramos o no, coincida o no con los cánones sociales o de status de turno... deberemos finalmente aceptarlo, es lo que somos, es a lo que vinimos, y a mucha honra!!

No creo que todo en la vida deba ser seguir la vida de los famosos o ver partidos de fútbol... ver la última película de cine o leer el best seller. Bueno, a mí particularmente nada de eso me ha llenado nunca, siempre busqué otra cosa, y como diría Lennon... I´m not the only one!!

... Y siempre faltan 5 para el peso, claro.

Te dejo un gran beso!!

Rochies dijo...

EL YO TOTAL AUNQUE PAREZCAMOS INDIVIDUALES...



Un solo hombre ha nacido, un solo hombre ha muerto en la tierra. Afirmar lo contrario es mera estadística, es una adición imposible.

No menos imposible que sumar el olor de la lluvia y el sueño que anteanoche soñaste.

Ese hombre es Ulises, Abel, Caín, el primer hombre que ordenó las constelaciones, el hombre que erigió la primer pirámide, el hombre que escribió los hexagramas del Libro de los Cambios, el forjador que grabó runas en la espada de Hengist, el arquero Einar Tamberskelver, Luis de León, el librero que engendró a Samuel Johnson, el jardinero de Voltaire, Darwin en la proa del Beagle, un judío en la cámara letal, con el tiempo, tú y yo.

Un solo hombre ha muerto en Ilión, en el Metauro, en Hastings, en Austerlitz, en Trafalgar, en Gettysburg. Un solo hombre ha muerto en los hospitales, en barcos, en la ardua soledad, en la alcoba del hábito y del amor.

Un solo hombre ha mirado la vasta aurora.

Un solo hombre ha sentido en el paladar la frescura del agua, el sabor de las frutas y de la carne. Hablo del único, del uno, del que siempre está solo.

Rosa dijo...

Es realmente precioso no se puede decir mas mi querida Janeth.
perdona mi ausencia pero ya estoy de nuevo contigo
Un besito Rosa

Un par de neuronas... dijo...

Pienso que el hombre actual se niega a mirar dentro de sí, es posible que tema no hallar nada...

Besos a cientos, amiga. Ya se acabó el domingo, huele aquí a patio recien regado.

Irene dijo...

Hola.Es la primera vez que entro a tu espacio.Esta lleno de armonía y sentido común.Porque las palabras que dices en este hermoso artículo es el inexorable camino que nos espera a todos.Un blog muy interesante.Seguiré entrando y con tu permiso te añadiré al mío .Un abrazo.

Velo de Isis dijo...

Es verdad que se necesita la predisposición para el encuentro, pero el encuentro mismo es purificador, es lo que se llama en la tradición clásica de nuestra mística, la purificación pasiva, ¡que más purificación que estar en la presencia del Amado!

Janeth dijo...

Hay un momento en la vida espiritual en que uno entra en un mundo donde todo se convierte en señal. Por eso es tan importante durante el camino abrir bien los ojos y destapar los oídos, porque los ojos del espíritu y los oídos necesitan estar abiertos pues si los tenemos cerrados las señales pasaran delante de nosotros y no los veremos. Hace falta estar atento a estas.

Alcira Handal dijo...

El ser interior es como un espejo. Todo lo que se ponga delante de él se refleja, simplemente se convierte en un testigo

Soledad dijo...

Así es….. superar esa oscuridad que nos rodea a veces, con nuestra luz interior y fijando el rumbo, avanzar a toda vela. Hacia ese futuro que nos llama, con esperanzas renovadas.

Martin dijo...

En nosotros hay un estado interior, un estado místico que debemos recrear.

Hemos hecho que nuestros niños pierdan la vergüenza de hablar del sexo, pero les hemos creado la vergüenza para hablar de Dios.

Debemos volver a recrear una mística natural, que nos lleve a ese concepto de Dios, a ese concepto grande, el que ha hecho construir las pirámides, el que levantó el Partenón, el que hizo todas las grandes obras que hay en la humanidad.

Brahma dijo...

Bellisimas palabras me recuerda a aquello misterioso, el amigo sutil del que nos hablara Amado Nervo en su poema El estanque de los lotos:



Yo soy el ser oculto que a veces en ti gime

El divino extranjero el AMIGO SUTIL

I. Robledo dijo...

Bueno, amiga, es que dicen que aprenden no es sino recordar...

Algun dia quiza seamos capaces de recordar lo que somos...

Un gran abrazo, amiga

Myriam dijo...

El camino ES la Contemplación.
Todo trabajo interior nos lleva por la senda correta.

Besos, querida amiga