Serenidad


La tranquilidad de la mente es una de las bellas joyas de la sabiduría, es el resultado de un esfuerzo largo y paciente en el dominio de sí mismo. Su presencia es indicadora de una experiencia madura, y de un conocimiento extraordinario de las leyes, y el funcionamiento del pensamiento.

Un hombre alcanza la tranquilidad en la medida que se entiende a sí mismo como un ser que evoluciona de pensamiento. Para tal conocimiento necesita entender a los otros como el resultado del pensamiento, y mientras desarrolla el entendimiento, y ve con mayor claridad las relaciones internas de las cosas por la acción de causa y efecto, cesa su agitación, su enfado, su preocupación y su congoja, y permanece en equilibrio, inalterable, sereno.

El hombre calmado, habiendo aprendido cómo gobernarse, sabe cómo adaptarse a otros; y estos, a su vez, reverencian su fortaleza espiritual, y sienten que pueden aprender de él, y confiar.

Cuanto más tranquilo sea un hombre, mayor es su éxito, su influencia, su poder para el bien. Aún el hombre de empresa encontrará que la prosperidad de sus negocios crece mientras desarrolla un mayor dominio de sí mismo y ecuanimidad, pues la gente siempre ha de preferir hacer tratos con un hombre cuya conducta sea firmemente estable.

El hombre fuerte y calmado es siempre amado y reverenciado. Es como un árbol que brinda sombra a una tierra sedienta, o una roca en la que resguardarse de una tormenta. ¿Quién no ama un corazón tranquilo, una vida dulcemente templada y balanceada? No importa si llueve o hay sol, o qué cambios ocurran en el poseedor de estas bendiciones, pues serán siempre dulces, serenos y calmados. Aquel equilibrio de carácter que nosotros llamamos serenidad es la lección final de la cultura; es el florecimiento de la vida, el fruto del alma.

Es precioso como la sabiduría, ha de ser más deseado que el oro – sí, más que el fino oro. Cuán insignificante se ve quien sólo busca el dinero en comparación con una vida serena – una vida que mora en el océano de la Verdad, por debajo de las olas, fuera del alcance de las tempestades, ¡en Eterna Calma!

Cuánta gente conocemos que envenena sus vidas, arruina todo lo que es dulce y bello con un temperamento explosivo, destruyen el equilibrio de su carácter, ¡y hacen mala sangre! Es una de las mas tremendas cuestiones como la gran mayoría de la gente arruina sus vidas, y estropea su felicidad por falta de dominio de sí mismos.

Cuán poca gente conocemos en la vida con un carácter balanceado, que tiene ese exquisito equilibrio que es característico de un carácter refinado.

Sí, la humanidad emerge con pasión descontrolada, es turbulenta con amargura ingobernada, está casi arruinada por la ansiedad y la duda. Sólo el hombre sabio, sólo aquel cuyos pensamientos están controlados y purificados, hace que los vientos y las tormentas del alma le obedezcan.

Almas sacudidas por la tempestad, donde quieran que estén, sea cual fuere la condición bajo la que viven– en el océano de la vida las islas de dicha sonríen, y la orilla soleada de tu ideal espera tu venida.

Mantén tu mano firme sobre el timón de tus pensamientos. En la barca de tu alma se reclina el Maestro al mando; sólo esta dormido; despiértalo. El control de ti mismo es poder; el Pensamiento correcto es maestría, la Calma es poder, di dentro en tu corazón, “la Paz sea contigo”.

17 comentarios:

I. Robledo dijo...

Esto, amiga, es muy dificil de conseguir... Solo quienes tienen una vida interior intensa lo pueden conseguir...

No es, en absoluto, cosa sencilla...

Solamente los mas sabios lo consiguen...

Un abrazo, Janeth

Irene dijo...

Me he deleitado con esta entrada y la he leído dos veces detenidamente.Las letras mismas, transmiten armonía.
Es díficil estar siempre en ese estado tan maravilloso, pero si hay más momentos de estar así , en paz que perturbado, ya es una gran logro.
Feliz Navidad.

Adriana Alba dijo...

Bienaventurados los mansos de corazón....

Excelente texto Janeth, un abrazo grande!

MAJECARMU dijo...

Janeth,tu escrito rezuma,madurez,temple,fé,esperanza y sentimiento...!
Me alegro mucho de que así sea y coincida con "EL ARBOL MAESTRO..."de mi entrada.La naturaleza nos dá la clave para obtener esa paz interior,ese temple,que nos ayuda a seguir caminando y no desfallecer a pesar de las distintas estaciones y circunstancias.
Mi felicitación y mi abrazo inmenso,amiga.
SE FELIZ ESTA NAVIDAD Y SIEMPRE,PORQUE TE LO MERECES.
M.Jesús

Belkis dijo...

La serenidad es la mejor muestra de sabiduría. Bienaventurados aquellos que lo han logrado.
Muy buen texto Janeth.
Un abrazo

Jade. dijo...

Es cierto, y felices aquellos que gozan de serenidad, pero sin irnos hacia el otro lado: pocas cosas más aburridas que un ser demasiado pasivo.

Como siempre, el equilibrio es lo ideal, entre la pasión y la calma y para quien tenga la gran suerte de lograrlo.

Besos y gracias por tan buena reflexión!!

Lolita dijo...

La paz es una actitud interior de armonía, una armonización con nosotros mismos y con nuestros propios componentes. Una armonía justa, que se base en la verdadera Armonía Universal, en la que el hombre no se vea como un elemento aislado, enemigo del hombre y de la Naturaleza, sino como amigo de todo.

Soledad dijo...

¿Qué es lo que somos? Somos un Misterio. Somos aquello que está detrás de todas las cosas , una especie de observador que transciende todo tipo de manifestación.

Alicia dijo...

Vale más amar que ser amado. Es mejor ser fuente que da, que pozo que recibe.

Velo de Isis dijo...

Serenidad es poder encontrarse a sí mismo, reconocer que en esta gran Sabiduría divina, no todos hemos nacido para la misma cosa, y que cada cual tiene su camino, su destino, su alimento, su viento y su forma de ser y de expresarse.

Melissa dijo...

Paz es alegría, es armonía, es poder realizar en el mundo las mejores cosas. Volvámonos como una lámpara transparente, para que la luz que por gracia de Dios tenemos todos, pueda llegar a todas partes.

Ximena dijo...

Se trabaja por la paz manifestando lo que hay dentro de nuestro corazón de manera que se pueda ver, que se pueda sentir.

Raul Miranda dijo...

La paz nace de nuestra propia guerra interior, de nuestro enorme esfuerzo y acción, de nuestro enorme Amor.

Mahatma dijo...

Benditos sean aquellos que pueden sentir ese amor. Benditos sean aquellos portadores de la paz. Benditos sean aquellos que tienen el valor de decir que la paz es fundamental para todas las cosas.

Juan Meriles dijo...

Que la Paz reine en el mundo, reine en nuestros corazones y en cuanta relación exista entre las personas, los animales y las plantas. Entonces Dios estará con nosotros.

Anónimo dijo...

Ser calmado es la fuente de todo bienestar.
No apegarte a nada te hace sútil y flexible.




Grácias.

Myriam dijo...

Justamente por eso, porque necesito encontrar serendidad para mi alma y reenergizarme, es que temporalmente me retiro y dejo de publicar en mi blog. NO sé por cuanto tiempo, sólo sé que necesito ese silencio. Volveré no bien pueda, tal como lo expreso en entrada de despedida temporal.

Muchos besos querida amiga y sé que tu me entiendes perfectamente.