"Instinto" de Inmortalidad


El miedo a la muerte se combate tratando de evitar toda idea relacionada con ella, ocultándola detrás de una búsqueda desordenada de placeres para olvidar lo que no se quiere recordar. Pero esos placeres son breves y hay que conseguir cosas nuevas para correr ese «tupido velo» que no nos obligue a enfrentarnos con la realidad. Hay que transformar la vida en algo divertido, excitante o caer en la locura de los escapismos.

Sin embargo, el «instinto» de inmortalidad acosa por todos los lados y se busca prolongar la vida, la única vida, en una batalla desigual ante la muerte. Es aquí donde la ciencia se pone al servicio, no ya del bienestar o de la salud corporal, sino del crecimiento del promedio de años y la obtención artificial de una eterna juventud, porque una cosa trae aparejada la otra. Si logramos vivir más años queremos hacerlo en buena forma, como personas jóvenes y fuertes; las características de la ancianidad son tan odiosas como la muerte misma.

Hoy se libra una lucha desesperada por aparentar lo que no se es, por demostrar que el tiempo no pasa para nosotros; cientos de fórmulas quirúrgicas tratan de devolver al cuerpo un aspecto lozano y fresco; la cosmética gana terreno en las bolsas mundiales lo mismo que cierto tipo de medicinas que «borran» años y arrugas.

La manipulación genética, que empezó realizando algunas pruebas con animales, se aproxima peligrosamente a otros experimentos, esta vez con humanos, y siempre con la misma perspectiva: la inmortalidad física.

16 comentarios:

Reysagrado dijo...

Hasta que no seamos conscientes del porqué de nuestra levedad su insoportable levedad nos hará sentirnos "gravemente" vivos...

Aceptando y comprendiendo por qué ser tan leves nos permite entrar en un estado de feliz "certeza de inmortalidad";).

Besos, Janeth!

lanochedemedianoche dijo...

El ser humano siempre fue inconformista en todos los aspectos de la vida, ahora, esto de la belleza física no es nuevo, pero claro, ya se han inventado tantas cosas para rejuvenecer que todos corremos detrás de ello, yo creo que cada edad tiene lo suyo, no podemos pretender ser aquellos que fuimos una vez pero naturalmente nos dejo, si pudiéramos ver de esa manera y aceptar el paso del tiempo siendo felices, encontraremos la verdad sin tirar de una soga que ya no nos pertenece, hermosa reflexión amiga mía.

Besos

Ildefonso Robledo dijo...

Pues que quieres que te diga, amiga... Yo, con canas, me veo guapisimo... Y algun que otro kilo que tengo de mas, mi trabajo me costo conseguirlo...

Osease, que me siento, en ese sentido, muy feliz...

Solo me faltaria ser inmortal, pero en ello estamos...

Un abrazo, amiga... Veras que hoy estoy optimista

MAJECARMU dijo...

Janeth,muy bueno tu "toque de atención"cuanto más luchemos por la longevidad,más nos alejamos del espíritu y decrecemos en materialismo y vanalidad.
Mi felicitación y mi abrazo grande,amiga.
M.Jésús

Adriana Alba dijo...

Buena reflexión Janeth, para tener en cuenta y profundizar mucho.

Me encantó, siempre aportando luz en este sendero.

Gracias

Un par de neuronas... dijo...

Mucho miedo me dan esas manipulaciones genéticas. La ciencia tiene esa parte negativa y explosiva. Parece mentira que el ser humano no dedique su inteligencia para el beneficio de los demás ¿De qué hablábamos el otro día? DE RESPETO????

Beso, compañera.

Anónimo dijo...

Lo verdadero importante está en la llave del corazón.
El rejuvenicimento físico extrapolado es síntoma de graves patlogías.
Cuando te das cuenta de que la nmuerte no existe te dejas llevar poor la sorpresa de la vida natural.



Un abrazo.

Myriam dijo...

Todas formas vacias de quere engañar a la muerte, como si eso fuera posible.

Un beso

Myriam dijo...

( a la muerte física, claro)

Madame Alasnegras dijo...

Me alegra que toques este tema.

El tiempo en la Tierra pasa, y en la Tierra vivimos por lo que debemos adaptarnos y aceptar que puesto que vinimos aquí por elección propia, también elegimos un cuerpo perecedero.

Sin embargo el problema no es solo el paso del tiempo en el cuerpo físico. Parece que hoy día nadie se gusta.

Besos.

Jade. dijo...

Bueno, convengamos que cuando se empiezan a caer las cosas no vemos la hora de levantarlas, no porque haya que ocultar el paso de los años sino porque nos vemos más atractivos luciendo de menor edad.

No creo que tenga tanto que ver con el miedo a la muerte como con el deseo de no dejarse estar, la coquetería y el 10 de cada uno, que no me parece tan mal.

En cuanto a la madurez, nunca puede ser malvenida ya que a medida que van pasando los años somos mucho más, y mucho más podemos brindar por lo tanto a otros; vamos teniendo posiciones de privilegio en nuestros escenarios, se nos respeta más, etc etc.

Besos, bonita.

Filomena Lonetti dijo...

Janeth infinitas de gracias por tu visita a mi blog.Mi padre siempre me ha estimulado y me ha trasmitido mucha fuerza de voluntad y poder para conseguir lo que yo quiero de verdad,ya que cuando el murió no quería que yo lo llorara porque quería que sea fuerte y que saliera adelante y que nunca me viniera abajo por su partida al más allá.
Cambiando de tema con respecto a tu post te comento que siempre los seres humanos han buscado la fuente de la eterna juventud y la inmortalidad ya que es una cuenta pediente de los científicos y de los grandes hechizeros.Qué tengas muchos éxitos y gracias por tu luz y amistad.Roxana Miriam González

Ramiro Jordan Alvares dijo...

La esencia de cada ser es el esfuerzo que hace por seguir siendo por siempre, indefinidamente, ¿no será el ansia de inmortalidad la condición primera y fundamental de todo conocimiento reflexivo o humano?

Raul Miranda dijo...

El instinto de supervivencia es básico en los animales; el impulso visceral y brutal para esquivar a la muerte, el frenético deseo de vivir estaba ahí mucho antes de que nuestro redondeado y prominente cerebro cayera en la cuenta de que a uno mismo le toca morir.

Alicia dijo...

Sabemos lo que es la muerte y que nos va a tocar, este ansia de vida se convierte en manía y crea la idea de la inmortalidad. Sólo a nosotros, que hemos sido capaces de multiplicar la longitud de nuestras vidas por medio del ingenio y la herramienta, se nos podría ocurrir perseguir esa inmortalidad por los vericuetos de la realidad con miras a alcanzarla, y si no existe crearla. Y entonces, casi con certeza, comercializarla. Vivamos más o menos años, no tenemos ni tendremos remedio.

Soledad dijo...

Es un afán, un deseo de plenitud, de romper los estrechos límites de la existencia. Es un ansia de inmortalidad. Por otro lado es una búsqueda de fama y prestigio. Es un instinto de perpetuación.