La sencillez de la gota de agua


El infinito es temible cuando nos dejamos agobiar por la sensación de aquello que no tiene fin... y es cierto que no tiene fin, pero en cambio, puede tener una unidad de medida o de criterio que nos permita valorarlo. 

Lo infinitamente inmenso no tiene cabida en nuestra mente; lo infinitamente pequeño e indivisible no tiene cabida en nuestra imaginación; la gota de agua nos sirve de ejemplo, como lo pequeño que esconde vidas más pequeñas aún –y entonces es grande– y como lo pequeño que puede sumergirse en el océano –y entonces es pequeño–. 

Cuando lo grande y lo pequeño se suman de manera tan prodigiosa; cuando el cosmos y la gota de agua se ven semejantes el uno a la otra; cuando en la sencilla pureza de lo que nunca habíamos observado se nos muestran de pronto cientos de secretos escondidos, entonces estamos en el misterio de una nueva forma de expresión. 

Podemos entender y hacernos entender de una nueva manera; podemos escuchar y hablar en otros términos diferentes. 


La sencillez de la gota exige otra sencillez de alma, otra sencillez de lenguaje, otra sencillez de sentimiento y de ideas.

9 comentarios:

Ramiro Jordan Alvares dijo...

Entre los famosos Pensamientos de Pascal, encontramos una serie
agrupada bajo el siguiente título: Lugar del hombre en la naturaleza: Los dos infinitos. Allí se destaca insistentemente la finitud del hombre frente al infinito
microcósmico y macrocósmico. Incapaz de desarrollar un saber proporcionado al infinito en lo pequeño y en lo grande, la naturaleza humana es inconmensurable a la densidad de lo real

MAJECARMU dijo...

Mi querida amiga,ahora te estaba recordando,cuando ha llegado tu comentario...Esa infinitud,que nos dá vértigo la tenemos muy adentro en el alma y esa finitud,que nos acerca a la sencillez y a al humildad la tenemos en el cuerpo y en la naturaleza...Ambas unidas siempre,transmitiendo lo humano y lo divino caminando siempre juntos...
Mi felicitación y mi abrazo inmenso por tu sabiduría y buen hacer,Janeth.
FELIZ SEMANA Y GRACIAS POR TU CERCANÍA.
M.Jesús

Ramiro Jordan Alvares dijo...

El hombre está detenido entre dos infinitos. Pensemos de qué estamos hechos físicamente: de células que a su vez están hechas de moléculas, que a su vez están hechas de átomos, que a su vez están hechos de subpartículas... Y así entonces no parece haber un fin hacia lo pequeño, que es también un infinito.

Martin dijo...

Si aun en lo formal estamos en medio de dos infinitos, en medio de una cruz formada por el gran infinito inferior y el gran infinito superior, ¿cómo no vamos a estarlo en lo espiritual, en lo psicológico, en lo científico?

Mahatma dijo...

Dios es infinito y entre los infinito y lo finito no puede haber proporción. El hombre puede acercarse a la verdad, incluso podemos afirmar que ese acercamiento sea indefino, por grados sucesivos de conocimiento, pero como esos grados son siempre finitos y la verdad es el ser en su grado infinito, el ser humano nunca podrá alcanzarla plenamente.

Carolina dijo...

Dios es un infinito, un máximo, que se contrae, es decir que se determina e individualiza en cosas concretas y singulares. Dios, esencia del mundo está, no obstante en el mundo considerado como unidad, pero no en cada cosa concreta.

Luján Fraix dijo...

EN LA SENCILLEZ DEL ALMA ESTÁ LA VERDADERA ESENCIA DEL SER, LA HUMILDAD.
UN BESO GRANDE.
CARIÑOS

Adriana Alba dijo...

una gota de océano en su diminuta sencillez contiene en si misma todo el océano.
Bella entrada Janeth.
Cariños.

MarianGardi dijo...

La más simple es lo más complejo.
Así es lo micro y lo macro, una unidad que terminan convergiendo.
Un abrazo querida Janeth